lunes, 31 de marzo de 2014

Cosas que nunca confesé a nadie, de Manuel Navarro

¿Por qué no dar una oportunidad a los relatos cortos?

PORTADA Y AUTOR


Libro de cincuenta relatos breves y microrrelatos, que escribí y guardé en mi ordenador a lo largo de ocho años. 
En él abordo temas como la familia, la amistad, el amor, el odio, el deseo, el miedo, la salud, la muerte, la venganza… Lo que describo en ellos es pura ficción, aunque es posible que haya puesto algo o mucho de mí mismo. 

MI OPINIÓN

Los relatos, esas breves historias que nos permiten ser testigo de pequeñas vivencias en un corto espacio de tiempo sin tener que dejar el libro a medias, con la incertidumbre de qué pasará perturbando nuestros pensamientos durante las horas de trabajo, pudiéndonos dar el gusto de leer uno mientras esperamos ser atendidos por el dentista. (Digo dentista porque si fuese el médico de cabecera sí tendríamos tiempo para leer una novela entera).

Pues "cosas que nunca confesé a nadie" es la opción perfecta. Cincuenta relatos y microrrelatos componen este montaje de historias en las que podrás encontrar amor, desamor, rencor, infidelidad, comprensión, paranoia,celos, ironía, anhelos, humor...

Manuel Navarro es un autor que descubrí hace poco tiempo, ¡bendita la hora!
No es fácil dar con alguien que domina el lenguaje a su antojo, con una técnica tan depurada y de quien se pueda aprender tanto. Porque de cada una de las páginas he sacado una lección aprendida, un horizonte que otear, un nuevo lugar al que viajar... Vamos, que me queda mucho, mucho por aprender.

El asesino del ajedrez, de Mercedes Gallego

Sacié mis ganas felinas de estrenarme con esta autora y lo hice con acierto. Dejé que otros lectores que ya conocían sus obras me recomendasen por cuál de ellas debía decantarme, y varias fueron las voces que repitieron el mismo título; "el asesino del ajedrez".

PORTADA Y AUTORA



Un asesino en serie asola Barcelona y hace del característico barrio de El Ensanche su particular tablero. Elige sus víctimas por la profesión y juega una enloquecedora partida que se inicia con la muerte de un cabo de la Guardia Urbana, asimilado a un alfil. ¿Quién será el rey? 
La policía descubre su juego pero él consigue burlar los controles hasta que la partida sufre un giro inesperado que amenaza a una persona muy vinculada a los investigadores. ¿Quién conseguirá dar el jaque mate?

MI OPINIÓN

Mercedes Gallego, escritora de policíaca por excelencia, nos presenta a la inspectora Ramona Cano, una mujer que a pesar de no ganarse al lector por su ternura o los clichés que acostumbramos a asociar al género femenino, como aquello de ser la mujer y madre perfecta, impecable y buena cocinera, ordenada, bla, bla, bla...Será capaz de atrapar al lector ipso facto cuando el caso de "el asesino del ajedrez" caiga en sus manos".

¡Qué arriesgado es escribir una novela policíaca, ambientada en Barcelona y con un asesino en serie, al más puro estilo americano, y salir airoso! Pues Mercedes Gallego no solo lo consigue si no que, además, lo hace con talento, habilidad y maestría, lo que hace que esta novela sea una de las más vendidas y mejor valoradas actualmente en amazon.

Su técnica es limpia, depurada y está muy bien engranada. Novelar es un arte y Mercedes es artista.

No podéis dejar de leer esta novela si gustáis del género, pues es un caramelito para nuestros paladares thillerianos. ¡Daos el gusto!

viernes, 28 de marzo de 2014

El cráneo de Balboa, de Rafael R. Costa

Si me sorprendió La interpretadora de sueños, hasta el punto de aventurarme a decir que sería la mejor novela que leería este año, era porque no conocía el resto de historias que Rafael R. Costa tenía que contarme.

Hoy os traigo una novela que llegó a ser finalista del premio Planeta, ahí es nada. El cráneo de Balboa, una historia apasionante sobrada de matices y belleza literaria.

PORTADA Y AUTOR


La más arriesgada historia de amor surge mientras se está construyendo el Canal de Panamá. Él es un médico español, huido de la justicia después de haber matado a un coronel en un duelo a pistola. Ella sobrevive como enfermera entre una epidemia de fiebre amarilla y su soledad en un hospital de Panamá.
Cómo se construyó ese Canal, qué papel jugó la Masonería en esta historia, toda la magia y el misterio de un chamán que se dedica a soñar y el primer detective privado español.
Páginas de melodrama, acción, notas de la España de principios del siglo XX y de un país recién independiente al que van a abrir en dos.
Una historia de amor, pasión, desencanto, que pudo haber ocurrido.

MI OPINIÓN

A pesar de ser La interpretadora de sueños  la primera novela de una trilogía, lo cual podía haberme empujado a continuarla, -que lo haré- me lancé a este título por lo atrayente de su sinopsis y su portada. Acerté. Era el libro que necesitaba leer en ese momento.
Literatura pura y dura; se incrusta en las pupilas haciendo que desde el comienzo de la lectura sientas ese ansia viva de leer y leer, incluso a deshoras, en lugares ilógicos. Sentí la necesidad de llevar el libro electrónico en el bolso dónde quiera que fuese, nunca sabía en qué momento podría sacarlo para leer una líneas. 

Esta novela es, cómo decirlo, caviar retórico. Los diversos entornos desde los que esta narrada son tan verosímiles que en ocasiones dudas de haber pisado esas calles, sufres un Déjà vu constante por lo real de los escenarios, cosa imposible, al menos para mi que no he estado en Panamá en mi vida y mucho menos hace un siglo. 

Hablar de los personajes me va a costar trabajo. Creo que me faltan recursos y vocabulario para describir a esos seres que poblaron mi cabeza, y siguen poblándola desde el día que leí la novela, con sus defectos y virtudes, sus desgracias, anhelos, sueños, pasiones, nostalgias, recelos, angustias... No podría hablar solo de los protagonistas, sería tan injusto... Porque cada uno de los personajes de la novela, se enfrenta a su cometido con la valentía de quien, a oscuras, camina sin miedo por un bosque desconocido, haciéndose protagonista en sus escenas, describiéndose de un modo solvente, directo, abriéndose paso por sí solo, como si el autor no hubiese tenido nada que ver. Y esto, amigos, solo lo consigue quien domina el lenguaje a su antojo, quien con arte, maestría y mucha solera, se permite el lujo de ceder la pluma a sus actores sin miedo a errar, pues su mundo intelectual dispone de los engranajes necesarios para que la máquina funcione sola.

El cráneo de Balboa es una novela que recomiendo a todo aquel que disfrute con las lecturas intensas, profundas, con las historias de amor y lucha. A aquellos que estén dispuestos a concentrarse en una lectura que les hará sentir emociones y con la que aprenderán a la vez que disfrutarán leyendo. Esta obra no es un recital para evadirse sin más. Para que me entendáis; tomarse una cervecita y unas olivitas en una terraza al sol está muy bien, pero no lo podemos comparar con una copa de Ribera del Duero y un pincho de jamón ibérico a la luz de las velas con tu pareja susurrándote palabras bonitas al oído.

martes, 25 de marzo de 2014

¿Solo lo veo yo?


No estoy acostumbrada a morderme la lengua y desde que me conviene practicar este hábito, noto que mi inteligencia se está volviendo mucho más sensible y vulnerable a los ataques externos. Me explico.
Antes podía leer cualquier cosa cuyo contenido fuese horrendo y decir: "este texto es malísimo por tal o cual motivo". Me quedaba tan a gusto y daba mi más sincera opinión. Curiosamente, siempre habían otras voces que me secundaban, dando la sensación de alegrarse de que otro hubiera sido la voz cantante para unirse al coro sin que su voz destacara mucho.

Ahora la cosa es distinta; debo ser comedida y tener mucho cuidado con las opiniones que vierto sobre los libros de otros escritores pues, hoy en día, todos estamos conectados y, desgraciadamente, no todos sabemos encajar las críticas.
Corro el riesgo, no solo de ganarme la enemistad del autor, si no la de todos sus lectores y amigos, personas que a través de sus medios sociales pueden hundir mi carrera mucho antes del pistoletazo de salida.

Lo peor de todo es que me consta que esta especie de aprensión se está contagiando entre los lectores y reseñadores aficionados, que por amistad, simpatía o compromiso con el autor no son sinceros a la hora de calificar su obra.

No sé si somos conscientes de ello, pero esto está haciendo mucho daño a la literatura contemporánea. Muchísimo.
Primero, porque los sótanos de las plataformas digitales están repletos de escritores auto-editados con obras maestras que no podrán mostrar al mundo, y por ende, a las editoriales (que hoy en día solo pasean por el top 100 para ver qué cazan) los portentosos trabajos en los que han puesto esfuerzo y pasión a partes iguales, y segundo, porque si seguimos laureando obras que sabemos no tienen mérito alguno y encumbramos a sus autores, convertiremos la literatura española, y perdonadme la expresión, en "el coño la Bernarda".

Y yo, queridos míos, me niego a formar parte de tamaña recesión cuando siento el tremendo orgullo patriótico de ser fruto de la tierra que vio nacer a Cervantes, Lope de Vega, Tirso de Molina, Quevedo, Miguel Delibes o Muñoz Molina.

Estoy a favor del progreso y de que nuestras historias se adapten a los tiempos que vivimos, pero una cosa es "adaptar" y otra "simplificar".
Y todos los géneros literarios, TODOS, tienen cabida en nuestros tiempos. ¿O acaso la novela histórica, por hablar de tiempos pasados ya no está de moda? No, como ahora se lleva lo chick... Solo pregunto, ¿eh?

Y voy a terminar esta entrada repitiéndome en algo que me parece muy crudo. Que sea el lector el que tenga que andar con cuidado a la hora de emitir su valoración por miedo a las represalias (y sé porqué lo digo) y no el autor el que sienta respeto ante la opinión de sus lectores me parece A-CO-JO-NAN-TE.

Por favor, amigos, leed mucho, de todo, opinad y sed libres.
Devolvamos su camino a la literatura.

Recientemente he deshabilitado la opción de comentarios en el blog, pero puedes expresarte AQUÍ, donde siempre estaré disponible.

jueves, 20 de marzo de 2014

DEBO SER JUSTA


Llevo varias semanas sintiéndome mal por no poder atender el blog como es debido. Puedo razonar los motivos, pero son los de siempre; el tiempo y el trabajo.

Como ya sabéis, estoy metida de lleno en el alborotado mundo de la literatura. Hace apenas tres meses publiqué mi primer libro, Lágrimas de tequila, y debo decir que el tortuoso trabajo de promoción que lleva consigo ser autor independiente es agotador. Además, estoy inmersa en la creación de mi primera novela, la cual me lleva horas y horas de investigación y documentación y otras tantas de escritura, claro está. A esto hay que añadirle no debo encerrarme solo en eso, tengo que ir abriéndome hueco y haciendo sonar mi nombre por estos mundos literarios en los que hay tanta competencia y a la vez tanto compañerismo. Por ello, el ayudar a mis colegas en su promoción es algo obligatorio para mí y muy fructífero para todos. 

Con estas líneas, que espero no os hayan sonado a cantinela, quiero decíos que siento no poder corresponder vuestras visitas y comentarios como merecéis, y por esa razón, he cancelado en mi blog la opción de dejar comentarios. Creo que es lo justo. De esta manera sé que muchos dejaréis de pasar por aquí, pero también descubriré quiénes estáis a mi lado porque queréis y no por ser correspondidos.

Dar el paso que quiero dar es muy difícil, me gustaría preguntaros uno a uno cómo lo haríais vosotros y quedar bien con todo el mundo pero eso a veces no es posible.
Que yo anule esta opción en mi blog no significa que vaya a dejar de visitaros, cuando menos los esperéis por allí me tendréis, pero sí me quedo más tranquila sabiendo que ninguno sentís el compromiso de pasar por aquí para comentar.

Para los que realmente estéis interesados en seguir mis pasos y estar en contacto conmigo, os dejo el enlace de mi FACEBOOK personal, allí siempre estoy disponible, pues es una de mis herramientas de trabajo.

Un abrazo muy fuerte, se os quiere.

domingo, 16 de marzo de 2014

Presentación de "maldita". Crónica.

No quiero pecar de melosa ni provocar un brote diabético a quienes pasen a leer esta crónica, pero permitidme que, en ocasiones, deje que mi corazón sea quien escriba algunas líneas, pues será la única manera que tendré de transmitir de la forma correcta lo vivido el pasado viernes en la presentación de “maldita”, de Mercedes Pinto Maldonado.


Inexplicablemente,  en contra de lo que había estado sintiendo en días anteriores, me levanté serena. Sabía que ese día iba a ser único, y si permitía que me invadiesen los nervios no lo disfrutaría como tenía que hacerlo.
Se presentaba una jornada intensa; recogidas en el aeropuerto, encuentros con personas queridas, momentos de mucha emoción tras conocer a los miembros del club de lectores  -esos sin los que mi día a día ya no sería lo mismo- la acogida en casa de mis tres invitadas de lujo, que viajaban desde lejos expresamente para acudir al acto… Un día muy ocupado. Perfecto para que los nervios no tuviesen cabida.
Madrid fue cómplice de una de las tardes más bonitas de mi vida.  Una ciudad emblemática, plagada de transeúntes que actuaban haciendo honor al típico comienzo de un fin de semana; más relajados, dejando que la velocidad propia de esta ciudad fuese disminuyendo al ritmo de la caída de la tarde,  dando paso a los artistas urbanos y a las bocas de metro serenas y regalándonos un aire fresco y reconfortante que agradecimos a la vez que criticamos.



Fnac Callao nos esperaba. Mercedes Pinto, Rafael R. Costa y una servidora, estábamos listos para mostrar nuestra cara más amable y generosa con todos los invitados al acto. Sabíamos que vendrían amigos y lectores de la autora, que estaríamos muy arropados, pero no contábamos con la gran acogida que tuvimos. Fue algo increíble. En cuestión de segundos la sala se llenó mientras la entrañable y excepcional violinista, Alexandra Krivoborodov, daba la bienvenida con los alegres acordes de” Gavotte Roudeau”. El acto comenzó después del aplauso que arrancó su actuación.


Allí me vi, frente a toda esa gente, haciendo algo que no había hecho nunca, pero con la plena convicción de, al menos, dar todo de mí para presentar la novela de mi querida amiga y compañera Mercedes Pinto. Una novela que me conmovió hasta el punto de obsesionarme. Un libro por el que hace años me devané los sesos para conseguir que ese día llegara. Una historia que me confirmó que mi vida no era nada sin literatura y que removió tantas cosas dentro de mí que, en ese momento, a punto de comenzar a hablar, supe que todo había merecido la pena. 


Gracias, Mercedes, por haberme hecho partícipe de ese momento tan especial de tu carrera profesional. Hiciste que se cumpliera mi sueño de lectora, ese que nació hace más de cuatro años cuando leí “maldita” por primera vez y quedé prendada de Lucía y de ti. Gracias por todo y por tanto. Gracias.
Tras la mesa, comenzaron a sucederse una serie de imágenes que lo decían todo. Un vídeo que había visto previamente, pero que agradecí tener a mi espalda, pues su contenido emotivo y tremendamente sentimental me hubiera jugado una mala pasada.



Mercedes agradeció a los presentes el esfuerzo por haberse acercado hasta la calle Preciados 28, muchos de ellos lo hicieron desde lejos, como Alicia Boza Romero, que vino desde Italia o su hermana María José desde Huelva. Tuvo palabras de agradecimiento tanto para sus compañeros de profesión, -entre los que se encontraban la sin par Mercedes Gallego; la encantadora Marta Querol; la sublime Antonia J. Corrales; la carismática Amelia Noguera; el sonriente José Luis Palma; el participativo Manuel Navarro; el elegante Julio Castillo; el carismático Miguel Ángel Moreno y la preciosa Mónica Rouanet- como para Ediciones B, pero la parte más emotiva llegó cuando se dirigió a su club de lectores. Parte de ellos se encontraban en la sala,- nuestra lagartija amorosa Eva Mruiz, que vino desde Sevilla; las ya mencionadas Alicia y María José Boza Romero, que no se puede ser más bonitas ni tener tanto arte; Carmen Mencar y su tremendo sentido del humor;  la inigualable Margarita Corzo Taboada; nuestro queridísimo Juan Manuel Fernández; el invisible búho entre libros, al cual no pude ver, pero después supe saber quién era; la cariñosa Solete Curruca y Celia García Muñoz pegada a su preciosa sonrisa- y tuvo un recuerdo muy cariñoso para todos aquellos que no pudieron asistir pero que, cada día, están presentes a través de las redes, sin descanso, mostrándole su apoyo y dándole cariño. En definitiva, haciendo de este club UNA GRAN FAMILIA.



Rafael R. Costa estuvo increíble. Su discurso fue soberbio, hablo como solo los grandes saben hacerlo, desde el convencimiento y la tranquilidad de quien maneja el lenguaje a placer, jugando con la metáfora de una manera deliciosa. Analizó las artes de Mercedes desde varios puntos de vista, desnudó a sus personajes y enmarcó su estilo literario. Nuevamente, como ocurrió con la primera actuación de la violinista, el público quedó prendado con su intervención, que originó una ovación espontánea entre los asistentes. No podía ser menos. Gracias, Rafael. Eres un hombre increíble, todo un maestro.


En mi caso, quise contar al personal como nació mi relación con Mercedes y Lucía, la protagonista de la novela, narrando una historia basada en una iniciativa bloguera que emprendí para que Lucía comenzase a dar sus primeros pasos. Aquello me otorgó el título de “madrina” de la pequeña, uno de los nombramientos de los que estaré más orgullosa el resto de mis días. Quiero aprovechar desde aquí para agradecer a todos aquellos blogueros que en su día se unieron a esa iniciativa llamada “lectura conjunta de maldita, de Mercedes Pinto Maldonado”, porque sin ellos el viaje que en aquel momento emprendí no hubiera llegado a buen puerto.
Leí un fragmento de “maldita” acompañada al violín por Alexandra, que toco la magnífica pieza “Meditación de Thais, de Jules Massenet”, una obra estrechamente relacionada con la novela. Tengo que verlo desde fuera para saber cómo quedó, pero los asistentes me dijeron que fue muy bonito.



Tras el consabido turno de preguntas a la autora, el cual fue bastante interesante, Mercedes, al ritmo de “Air en Re Mayor , de Bach”, comenzó a firmar ejemplares en un rondo que no acababa nunca. Se creó un ambiente muy especial, autores y lectores comenzamos a interactuar mientras Mercedes firmaba y se fotografiaba. Saludos, abrazos, risas… Cómo no mencionar a mi querida Gema Martin, que regala los abrazos más ricos del mundo, o a María Alonso, genial lectora y siempre dispuesta a apoyar a los escritores en este tipo de ceremonias.







Acabada la presentación, un grupo muy especial de personas nos fuimos a cenar juntos. Fue algo inesperado y que no se preparó. Esas, las espontáneas, son las cosas que mejor regusto le dejan a una.



No quiero acabar esta crónica sin agradecer de nuevo a todos y cada uno de los asistentes su participación. Hicieron de esa tarde una velada inolvidable, creo que la sonrisa de "la señora de las letras" lo dice todo.
Fotografías realizadas por el fotógrafo Tomás Gallego. Excelentes.

lunes, 10 de marzo de 2014

Este viernes, Maldita, se viste de largo

Buenos días, acurrucad@s,

Lo primero que quiero es disculparme por mi ausencia, muchos habréis notado que no paso a leer y comentar por vuestros blogs, pero en estas últimas semanas me ha resultado imposible, otras labores me han tenido ocupadísima, hasta el punto de no poder ir a visitar a mi propia familia. Espero que sepáis perdonarme y tengáis paciencia, espero que pronto todo vuelva a la normalidad.

Entre esas labores se encuentra la que hoy nos ocupa: La preparación de la presentación de la novela que me terminó de enamorar de este maravilloso arte llamado Literatura.

Ya lo tenemos encima, Mercedes Pinto, la autora de esta genial novela, una servidora y un escritor que a lo largo de la semana será anunciado y que os dejará con la boca abierta, estaremos este viernes, 14 de Marzo en Fnac Callao, Madrid, abriendo las puertas a la pequeña Lucía para que pueda entrar en todas vuestras casas y dormir en vuestras estanterías. Allí os esperamos. Será un acto muy especial.



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