jueves, 28 de abril de 2016

#1 Entrevista a Barbara L. Shackleton, protagonista de La novelista fingida, de Rafael R. Costa

Me encuentro en el Korsakoff apurando los últimos tragos de mi refresco mientras observo que un grupo de mujeres me miran y cuchichean entre ellas. Creo que mi indumentaria no debe ser la apropiada, o quizá estén destripándome por estar sola en un bar. Mi cita se retrasa. Intuyo que quiere hacerse la interesante, pues sabe de mis ansias por entrevistarme con ella y la admiración que le profeso. Fuera hace frío. Es por ello que el vaho de la cristalera me impide ver si se aproxima por alguna de las calles aledañas. Los minutos pasan y la espera se me hace eterna. Además, los cuchicheos comienzan a angustiarme. Justo cuando doy el último trago a mi copa con intención de abandonar presta ese ostentoso lugar, el tintineo de la puerta me obliga de forma involuntaria a girar la cabeza con el deseo de reconocerla. Y ahí está. Viene con un abrigo de piel negro y un sombrero encajado hasta las cejas. Antes de siquiera cruzar  saludos, el camarero se acerca para ayudarle a quitarse el abrigo y retirarle la silla. Diría que es un gesto muy cortés si a mí no me hubiese ignorado cuando llegué hasta el punto de tener que acercarme yo misma a la barra para pedir mi consumición. Siempre hubo clases, pensé. Se sienta frente a mí y, tras encenderse un pitillo y pedir al sirviente un Vodka ucraniano, la gran Barbara L. Shackleton se lanza:

B: Aquí me tienes, querida. Dispara.

C: Buenas tardes Señorita Shackleton, espero no haberla importunado con mi insistencia, pero como sabe, somos muchos los lectores que tras conocer su historia nos quedamos con ganas de saber más de usted. Entiendo que al aceptar la propuesta, consciente que le haga una serie de preguntas que quizá no sean del todo de su agrado. De sobra sabe que me inquieta. Intuyo que detrás de Barbara L. Shackleton, mucho más allá de Rita Amber, existe una niña capaz de justificar (o no) su comportamiento. Hábleme de su infancia; familia, amigos, etapa escolar…

B: Querida mía... deberás disculparme porque no conozco a ninguna señora Amber... Hablas de justificar mi comportamiento cuando es la vida la que debiera justificarse.  Hay personas que se adaptan al mundo: son la mayoría, y lo hacen para sobrevivir; otras, adaptan el mundo a sus necesidades... y lo hacen para transformarlo. ¿Hay mayor justificación que la de mover adecuadamente las fichas en el tablero? En cuanto a mi infancia no encuentro nada sobresaliente en ella, fui como cualquier chica de Chicago, cuyo padre era arquitecto y su madre redactora de una revista de modas...  la dejan huérfana con diez años. ¡Un accidente de tráfico, querida!  Estudié en los mejores colegios de Illinois y mis primeros escritos se publicaron en los periódicos de secundaria. ¡Mi profesora insistía en que debía publicarlos!
Conté con los amigos necesarios en cada etapa. Verás... querida, los auténticos amigos son escalones... una vez que has conseguido subirlos, cambias de amigos que te aporten nuevos escalones. Es fácil. Y muy necesario. Aunque no me avergüenza decir que era muy popular y respetada.

C: ¿Recuerda a su primer amor? ¿Cuándo y qué sucedió?

B:  Jajaja... No... Me resultaría imposible porque... bueno, de mí se enamoraban en grupos, llegué a corresponder a tres chicos distintos y a los tres les decía que eran el único. Eran un poco bobos, pero ellos me dieron los primeros besos y con ellos me fumé el primer cigarrillo.
Se muestra distante. Me hace sentir inferior solo con su mirada. Pido un nuevo refresco para aclarar mi garganta y tragarme el nerviosismo. Continúo:

C: ¿Quién es la persona a la que más ha odiado y por qué?

B: Odio a poca gente... El odio es un sentimiento, prefiero que me resulten indiferentes. Pero si algo odio, o a alguien... ¡sí!, a esos escritores que se creen con pluma de oro y en realidad usan un palito untado con yesón de paloma. ¿Quieres un ejemplo? Stephan Wells...

C: ¿ Y a la que más ha amado?

B: ¿A la que más he amado? Me ocurre igual que con el odio... prefiero la indiferencia, pero reconozco que tuve una buena amiga... quien me presentó a una fantasma que se cortaba el pelo como un muchacho, llamada... Ya no lo recuerdo, querida; deberías leerte mis novelas. 

Se hace un silencio. Claro que sé de quién habla, pero no insistiré. Tras estas confidencias se muestras intranquila, actitud que me hace verla mucho más vulnerable. Prende otro pitillo que encasqueta en su larga boquilla y con un gesto pide al camarero que rellene su copa. No sé si será bueno seguir en esta línea sentimental. Trato de cambiar de tercio para que no se sienta violenta.

C: En los momentos previos a vencerte al sueño, ¿cuáles suelen ser sus últimos pensamientos?

B: Siempre escucho una botella de champán al descorcharse. Y música, relajante, una canción de Peg La Centra... Bailo... en un gran salón, todos me miran, doy vueltas, hay luces y luego me duermo.

C: ¿Recuerda lo que sueña? Y de ser así, ¿cuáles son sus sueños más recurrentes?

B: No suelo prestar atención a los sueños. Estoy muy ocupada, querida. Si acaso caballos blanquinegros...  Sí, cabalgando en un caballo blanquinegro por la orilla del mar... Y a veces con montañas de mi próxima novela, montañas grandes como las pirámides... Bueno, una vez soñé que era la protagonista de una ópera... Pero, en definitiva, los sueños no son importantes. Cuando me miro al espejo sé que esa no soy yo, sólo es un reflejo. Yo soy quien se mira al espejo, no la imagen reflejada. ¿Puedes pedirme otro vodka, por favor? Pues ocurre igual, yo soy la que despierta, la que sueña, no lo soñado.

Me apresuro a pedir su consumición, haré lo que me pida mientras siga respondiendo a mis preguntas. El momento que estoy viviendo es impagable.

C: Señorita Shackleton, descríbame cómo es para usted la vida perfecta y el mundo ideal.

B: Conservar la belleza, el talento y mi mansión cerca del mar. El mundo ideal es una masa de lectores ansiosos por leer mi próxima novela, pero alejados de la entrada de mi casa. Escribo para ellos, pero no los quiero aquí. Son vulgares. Si fueran interesantes serían escritores, ¿no? Pero son simples lectores, ese sería el mundo ideal.

Creo que se muestra molesta por no haber entrado aún en temas literarios. Ella es la gran Barbara L. Shackleton, y una simple lectora, lejos de dorarle la píldora y alabar su trabajo, se está metiendo en temas personales. Vuelvo a cambiar de tema radicalmente.

C: Aparte de la gran novela que todos conocemos, ¿de qué historia ya escrita le hubiera gustado ser autora?

B: De las Mil y Una Noches... Aunque yo hubiese ampliado un millar de noches más, y Scherezade habría sido decapitada finalmente.

C: ¿Qué hubiera hecho para conseguirlo?

B: Supongo que engatusar al Califa. Es muy sencillo. Los califas no suelen tener talento.

C: ¿Cree que es suficientemente buena para conseguir el éxito por tus propios medios?

B: No sé qué pretendes decirme, querida. ¿Vender varios millones de libros no te parece suficiente? ¿Mis propios medios, dices? Jajaja... ¿Acaso piensas que tengo una varita mágica? Los lectores me quieren, me adoran. Dame cualquier panfleto, por malo y ridículo que resulte... si yo lo firmo ellos lo comprarán. Quieren ver mi nombre: Barbara Shackleton... Prefieren el envoltorio al bombón. ¿Seguro que eres periodista?

Me disculpo por si se ha sentido ofendida. Me agarro a la excusa de estar haciendo mi trabajo. Asiente con desgana y, con un gesto de cabeza, me invita a que continúe:

C: ¿Sobre qué personaje, influyente o no, le gustaría escribir?

B: Supongo que escribir la vida secreta del Presidente de los Estados Unidos...

C: ¿Se arrepiente de algo?

B: ¿Por qué habría de arrepentirme?

Aunque podría indagar mucho más, creo que esa respuesta lo dice todo. No finge ser fría, lo es. Continúo como si tal cosa. Aunque podría estar horas impregnándome de su misterio, lo mejor será acabar la entrevista cuanto antes.

C: Literariamente hablando, ¿cómo sería el asesinato perfecto?

B: Convencer a tu enemigo para que se quite la vida.

C: ¿Y la muerte perfecta?

B: La muerte perfecta es no morir y permanecer hermosa. Esa es una duradera, muy duradera, manera de morir, ¿no crees, preciosa? ¿Tú escribes novelas? ¿No? Tal vez deberías intentarlo.

Alimento su ego haciéndole saber que a su lado no soy nadie. A partir de aquí la conversación se torna intrascendente. Se toma el tercer vodka. Enciende su cigarrillo encasquetado en su larga boquilla y me suelta el humo a la cara. Ahora es ella quien me pregunta, añadiendo de nuevo seriedad a la charla:

B:¿Seguro que no escribes novelas? Deberías intentarlo. Necesito una chica, una secretaria que no sea perezosa. Dime cuánto ganas haciendo estas entrevistas y yo te pagaré el doble. Ya sabes dónde resido. 

Click en la imagen para adquirir la novela

Muchísimas gracias, Rafael, por acceder a participar en otra de mis tantas locuras.

lunes, 25 de abril de 2016

Mil soles espléndidos, de Khaled Hosseini

SINOPSIS

Superando con creces el rotundo éxito de Cometas en el cielo —más de seis millones de ejemplares vendidos en treinta idiomas— la segunda novela de Khaled Hosseini saltó de inmediato al primer puesto en todos los países donde se ha publicado. Nueva demostración del asombroso instinto de gran narrador del que goza el autor, el libro cuenta la conmovedora historia de amistad entre dos mujeres afganas de orígenes muy dispares, cuyos destinos se entrelazan por obra del azar y de las convulsiones que ha sufrido Afganistán en los últimos treinta años.

Hija ilegítima de un rico hombre de negocios, Mariam se cría con su madre en una modesta vivienda a las afueras de Herat. A los quince años, su vida cambia drásticamente cuando su padre la envía a Kabul a casarse con Rashid, un hosco zapatero treinta años mayor que ella. Casi dos décadas más tarde, Rashid encuentra en las calles de Kabul a Laila, una joven de quince años sin hogar. Cuando el zapatero le ofrece cobijo en su casa, que deberá compartir con Mariam, entre las dos mujeres se inicia una relación que acabará siendo tan profunda como la de dos hermanas, tan fuerte como la de madre e hija. Pese a la diferencia de edad y las distintas experiencias que la vida les ha deparado, la necesidad de afrontar las terribles circunstancias que las rodean —tanto de puertas adentro como en la calle, donde la violencia política asola el país—, hará que Mariam y Laila vayan forjando un vínculo indestructible que les otorgará la fuerza necesaria para superar el miedo y dar cabida a la esperanza.


OPINIÓN PERSONAL

Quería estrenarme con este afamado autor y pregunté a mis amigos de Facebook por qué libro me recomendaban empezar. Entre Cometas en el cielo y Mil soles espléndidos andaba la cosa, y me decidí por este, ya que es prestado y así tardo menos en devolverlo. (Una escusa fácil para decidirme, pues mis amigos no me sacaron de dudas).

Impactante es poco. Me he metido en la piel de las protagonistas de tan manera que he podido sufrir sus golpes, padecer sus penas y sentir miedo ante la guerra y los bombardeos. Me he sentido madre, hija, esclava, acobardada… En definitiva, mujer afgana.

Desde el comienzo, la vida de Mariam es una consecución de desgracias a las que hace frente de una asombrosa forma entera y valiente. Su existencia es una consecución de piedras en el camino que no esquiva sino que carga a su espalda y continúa sobreviviendo. Me entristece mucho pensar que hayan existido vidas como la suya. Mujeres ultrajadas y desafiadas hasta el extremo por quienes llevan la severidad y el machismo como forma de vida. 

Por otro lado está Laila. Su infancia es tranquila y feliz junto a su familia. Estudia, se divierte y tiene libertad. Hasta que los bombardeos destruyen los cimientos de su historia y a todos los que la componían. A partir de aquí, su existencia no será muy diferente a la de Mariam, y juntas harán acopio de fuerza y coraje para salir adelante, cueste lo que cueste.

Es un libro precioso. Triste, pero precioso. Cuando una historia te envuelve de esa manera y genera tantísimos sentimientos en el lector, es porque es magnífica. Al margen de los gustos personales de cada uno, creo que nadie podrá decir que esta novela no es buena. Narrativamente hablando es un dulce.

Otra cosa es hablar técnicamente. Como en casi todas las novelas traducidas que conozco, el estilo y los recursos literarios dejan mucho que desear. En este caso hay abuso de las repeticiones y redundancias y exceso de pronombres en párrafos relativamente cortos donde eran innecesarios. Además, hay muchísimos términos que se conservan en su idioma original y a veces es muy confuso. Eso trastabilla un poco el ritmo lector, pero no se puede decir que sea molesto.

Pero volviendo a lo realmente importante, la historia es alucinante. Triste y evocadora. De las que te dejan días reflexionando y cuyos personajes difícilmente olvidarás.  Quizá el final no tenga la misma fuerza que el resto de la novela, pero en cierto modo se agradece, ya que vas de sobresalto en sobresalto desde el principio hasta casi el final.

He padecido muchísimo leyendo esta historia. En ocasiones lo he pasado realmente mal. Ser tan empática me juega muy malas pasadas y me he descubierto llorando en varias ocasiones. Pero… ¿acaso no es maravilloso que un libro consiga aflorar así los sentimientos?

Otro libro que añado a mi lista de recomendaciones. A todas luces, es una novela excelente.

lunes, 18 de abril de 2016

Victor Ros, el misterio de la casa Aranda, de Jerónimo Tristante

SINOPSIS

Víctor Ros es el subinspector más joven de Madrid. Llegar a este cargo no ha sido fácil. Esconde un oscuro pasado de ratero en las calles de la capital y como agente infiltrado en Oviedo. Pero la decisión que tomó el sargento Armando Martínez de apadrinar al joven y convertirlo en un gran policía ha dado sus frutos. Víctor liderará una nueva brigada destinada a luchar contra el crimen.

No tarda en llegar a su primer caso: en la casa Aranda, tres mujeres, en el transcurso de los años, han intentado asesinar a su marido después de leer un párrafo de la Divina Comedia de Dante. ¿Por qué estas palabras provocan esa terrible reacción? Por otro lado, una serie de crímenes convulsiona los bajos fondos de la ciudad: han aparecido varias prostitutas asesinadas y todo parece indicar que habrá más.

Víctor Ros, con la ayuda de Alberto Aldanza, un enigmático caballero que le instruirá en las técnicas forenses más avanzadas, se enfrentará a estos dos misterios recorriendo las altas esfera del Madrid de finales del siglo XIX y los lugares más peligrosos de la capital. Y serán dos mujeres muy distintas entre sí las que le ayuden a descubrir lo que está sucediendo. Pero adentrarse en las entrañas de estos intrincados casos supondrá un coste extraordinariamente alto...



OPINIÓN PERSONAL

Estoy teniendo mucha suerte con mi incursión en la novela policiaca. Empecé por la escritora Mercedes Gallego y tengo la sensación de no poder parar. Siempre he sido muy aficionada al thriller, pero la policiaca como tal, pura y dura, no me llamaba excesivamente la atención. Confirmo que es muy cierto eso que se dice de: “Cada novela tiene su momento y su lugar en el tiempo para ser leída”, y en mi caso, el momento de la policiaca ha llegado.

El misterio de la casa Aranda me ha parecido genial. No tengo nada que objetar sobre la prosa de Jerónimo Tristante. Además de crear una trama cautivadora que te invita a hacer tus propias pesquisas, consigue retrotraer al lector dos siglos atrás sin apenas despeinarse.

La ambientación es asombrosa y fácilmente reconocible y los personajes están más que logrados. Todos tienen pulso, ritmo y carisma. Son auténticos personajes dentro de sus personajes. Además, los diálogos son muy enriquecedores. Aportan un halo natural a la novela que difícilmente conseguiría a base de descripciones excesivas o narraciones interminables. Lo que más me ha gustado en este aspecto es la adaptación al lenguaje de la época y sus expresiones. Desde las primeras páginas identificas claramente a los señores de bombín y bastón y las damas con sombrillas y vestidos ceñidos a la cintura. 

El misterio de la casa Aranda es una novela completísima. Sin salirse del género encontraremos, amor, celos, crimen, venganza, secretos, confesiones, diversión y muchos datos históricos y científicos de interés. De esas que no puedes soltar hasta que la terminas. Desde luego, seguiré con la saga.

¡Que me aspen si la novela no me ha parecido maravillosa!

martes, 12 de abril de 2016

La búsqueda, de Blanca Miosi

"Una novela que activa todos los sentidos del lector al compás de los latidos del protagonista".

SINOPSIS

     La búsqueda es la historia de Waldek Grodek, un niño polaco de diez años cuya apacible vida se ve interrumpida por la invasión alemana a Polonia. A partir de ese momento, sus juegos infantiles y sus excusiones como Boy Scout se transformaron en estrategias para luchar contra los nazis. Muchos años después, mientras visita la oficina donde se gestionan las indemnizaciones que Alemania ha ofrecido a los ex prisioneros de los campos de concentración nazis, se pregunta si hay en el mundo alguien con una existencia tan azarosa como la suya. Auschwitz, Mauthausen, dictaduras en Europa y América Latina, tramas de espionaje, y hasta el Mossad. Es la vida de Waldek Grodek, una vida desconocida y sorprendente que merece ser recuperada. La búsqueda es una obra sobre la condición humana y sobre cómo debemos enfrentarnos al dolor para seguir adelante. Desde la invasión de Varsovia al ataque de las torres gemelas en Nueva York, con un ritmo vivo y cautivador, el talento de Blanca Miosi nos hace reflexionar sobre la guerra y sentir que formamos parte de la historia. Una novela basada en hechos de la vida real. Los lectores que deseen conocer a los personajes reales de esta novela pueden entrar a: labusqueda-por-blancamiosi.blogspot.com/ donde encontrarán fotos originales.

(Click en la imagen para acceder a la compra y datos técnicos de la novela).

OPINIÓN PERSONAL

   La búsqueda es la primera obra que leo de Blanca Miosi. Sinceramente, no sé por qué tardé tanto tiempo en adentrarme en su narrativa, ya que la conozco hace tiempo y estoy al día de sus movimientos literarios. Sea cual fuere la razón que me hizo tardar tanto, no puedo estar más orgullosa de haberme lanzado a ello con esta novela. 

   Conocía la temática, puesto que son cientos las reseñas y comentarios que pululan por la red referentes a este libro y, además, sabía que estaba basado en hechos reales porque lo leí en alguna entrevista a la autora. Ahora, solo me quedaba comprobar con mis propios ojos la veracidad de los elogios y buenas críticas.

   No voy a desgranar la novela por partes porque es algo que ya se ha hecho en decenas de blogs y la novela es de sobra conocida por todos, con lo cual iré directamente al grano, contando mi experiencia como lectora y las sensaciones que me dejó.

   La novela comienza a buen ritmo, con detalles concretos, encauzando al lector desde las primeras páginas hacia lo que será un viaje angustioso de la mano de Waldek, el protagonista. Conoceremos a su familia y su entorno, pero no nos adentraremos en descripciones tediosas ni detalles sin importancia. Esto hará que la lectura se torne ligera y comiencen a sonar las tripas de nuestras ansias lectoras. 
    A partir de aquí comienzo mi opinión personal sin pluralizar.

   Hacía tiempo que no disfrutaba así de una novela de este estilo. Hubo una época en la que leímos infinidad de novelas y escritos narrando el holocausto, tratando el tema del genocidio nazi contra los judíos bajo las órdenes de aquel señor de bigote ridículo que debió darse un buen golpe en la cabeza al nacer. ¿Hay algo que no se haya contado ya sobre este tema? Pues sí; la apasionante historia de Waldek. 

   Es admirable cómo la autora ha logrado que me sumerja en la narración sin recordarme a ningún otro libro, sin hacerme sentir que eso ya lo había leído y sin querer aleccionarme con datos históricos. Simplemente me ha presentado a un personaje, me ha puesto en antecedentes y me ha invitado a que lo acompañe como parte de su equipaje. Así ha sido cómo, acurrucada dentro de la maleta de Waldek, he conocido su historia y a las personas que pasaron por su vida con todo lujo de detalles.

   Los personajes me han parecido excepcionales, no sé si por la fantástica creación de los mismos o por lo bien ambientados que están los escenarios, cosa que hace que todo se vea tan nítido y real. Algo que me ha ayudado mucho a disolverme con la historia es la narración; al estar contada en primera persona, sientes que el protagonista te lo confiesa todo en secreto haciéndote su confidente, obligándote a prestarle toda tu atención y no dispersarte en su relato, emocionarte e incluso pensar en cómo podrías ayudarle.

   Si hablamos de sensaciones no me referiré a las que se muestran en la novela sino a las mías mientras la leía. Que un libro te haga viajar con la imaginación a lugares en otras épocas, sitios que desconoces pero que en un par de minutos te resultan familiares, pudiendo sentir olores, sabores (esto lo digo con conocimiento de causa, prometo que durante un fragmento de la novela la boca me sabía a pan y mantequilla), incluso sensaciones térmicas, es algo que todo el mundo tendría que experimentar.
   Y con los sentimientos sucede exactamente igual. No sé por qué me da, (supongo que porque llevo cientos de libros leídos a mis espaldas y no ponerme en la piel de los escritores me resulta prácticamente imposible), creo que la autora nunca pensó en querer transmitir los sentimientos como realmente se proyectan. Me explico; Claro que ella trató de dar veracidad a la historia narrando al detalle cada movimiento del protagonista, haciendo palpables sus emociones y enfatizando en sus pensamientos, pero creo que no fue consciente de lo que su personaje era capaz de transmitir. Con él he sentido miedo, mucha angustia, rabia, anhelos, nostalgia, vacío, desconsuelo… Y cuando todos estos sentimientos me comenzaron a inquietar sobremanera, llegó Waldek y me dio una lección de vida. Me enseñó que ser un superviviente no consiste en mantenerse con vida, sino en hacerlo olvidando el pasado, aprendiendo a perdonar y sin guardar rencores. No podía creerme cómo yo, mera espectadora, me encontraba derrotada tras conocer la historia de su vida y él, la persona que lo sufrió en sus propias carnes, me decía que no le diera vueltas al pasado y mirase a la vida de frente.

   En definitiva, La búsqueda es la novela perfecta para los que se entregan en cuerpo y alma a la lectura, para aquellos que buscan en un libro algo más que entretenimiento y evasión, para todos los que sentimos la literatura en los poros de la piel.
   Sobra decir que la recomiendo, ¿verdad?

miércoles, 6 de abril de 2016

El último adiós, de Kate Morton

Me estreno con la autora de los mundialmente conocidos best sellers El jardín olvidado y Las horas distantes con esta novela, El último adiós.

SINOPSIS
Un niño desaparecido...
Junio de 1933: en Loanneth, la mansión en el campo de la familia Edevane, todo está limpio y reluciente, listo para la tan esperada fiesta de solsticio de verano. Alice Edevane, de dieciséis años y escritora en ciernes, está especialmente ilusionada. No solo ha encontrado el giro argumental perfecto para su novela, también se ha enamorado perdidamente de quien no debería. Pero para cuando llegue la media noche y los fuegos artificiales iluminen el cielo estival, la familia Edevane habrá sufrido una pérdida tan grande que tendrá que abandonar Loanneth para siempre...

Una casa abandonada.
Setenta años más tarde: después de un caso especialmente complicado, Sadie Sparrow, investigadora en Scotland Yard, está cumpliendo un permiso forzoso en su trabajo. Refugiada en la casa de su abuelo en Cornualles, pronto comprueba que estar ociosa le resulta complicado. Hasta que un día llega por casualidad a una vieja casa abandonada rodeada de jardines salvajes y espesos bosques y descubre la historia de un niñito desaparecido sin dejar rastro...

Un misterio sin resolver.
Mientras tanto, en el ático de una elegante casa en Hampstead, la formidable Alice Edevane, ya anciana, lleva una vida tan cuidadosamente planeada como las novelas policíacas que escribe. Hasta que una joven detective empieza a hacer preguntas sobre su pasado familiar en un intento por desenterrar la intrincada maraña de secretos de los que Alice ha pasado toda su vida tratando de escapar.


OPINIÓN PERSONAL
Reconozco que he tardado en conocer la narrativa de esta autora, pero es que intento evitar las sagas familiares extranjeras, no sé si es por la complicidad de los nombres de los personajes o los lugares en los que se desarrolla la trama, pero siempre me ha costado mucho creerme estas historias. En este caso me he lanzado a su lectura por dos razones: el libro es un regalo de Reyes y las reseñas que he leído de esta y otras obras de la autora siempre son magníficas.

Tengo que decir El último adiós me ha sorprendido gratamente. La trama me ha parecido sublime, bien hilada y muy original y los personajes son excepcionales. Con el uso continuo del flash back, la autora logra que identifiquemos a cada uno de los protagonistas en espacio y tiempo, haciéndonos una idea clara de su aspecto en cada momento del relato, y teniendo en cuenta que la novela está narrada entre los años treinta y la actualidad, es asombroso.

Todo comienza en Loanneth,  de la mano de la familia Edevane. Nada hace pensar que en esa familia existan secretos, muchos de ellos escabrosos, pues son la viva imagen de la felicidad. Un matrimonio con cuatro hijos, viviendo en la casa de sus sueños y derrochando amor a raudales. Un trágico suceso en la fiesta del solsticio de verano pondrá la vida de cada uno de los miembros de la familia patas arriba, haciendo imposible que esa imagen idílica de familia feliz se vuelva a recuperar. Todos se marcharán y la casa de Loanneth quedará abandonada hasta que décadas después, la investigadora Sadie Sparrow dé con ella por casualidad.

A partir de ahí la trama dará un giró radical, haciendo cómplice al lector de los pensamientos de cada uno de los personajes y engañándonos constantemente. Si bien es cierto que en ocasiones los sucesos se ven venir, otras veces crees saber lo que sucederá y te sorprendes al ver que no era nada como imaginabas.

La prosa de la autora me ha gustado con peros. Es excesiva en las descripciones y en el recreo sobre aspectos sin importancia. En ocasiones también es repetitiva, pero creo que se debe a su intención por refrescar la memoria del lector, ya que escribiendo novelas de setecientas páginas llenas de descripciones, es fácil perder el hilo. Estos aspectos, que pueden ser desesperantes para un lector, son perfectamente complementados por la riqueza de la trama y la constante intriga que suscita. Para que me entendáis; tuve momentos en los que estuve a punto de rendirme, a mí tanta floritura me agota, eso de comenzar a leer una novela, llevar casi cien páginas y que no haya pasado nada me mata. Pero justo en el momento en el que casi me doy por vencida la trama comienza a ponerse interesante y muy intrigante, haciendo que mis ánimos se renueven y renazcan las ganas de seguir leyendo más y más hasta darme cuenta de que me he bebido la novela.

A pesar de lo bien que lo he pasado leyendo esta historia y lo mucho que me ha gustado, no sé si repetiré con la autora. Como experiencia ha estado bien, pero sigo sin ser muy fan de las sagas familiares extranjeras y ha sucedido algo que me ha sacado de mis casillas; la traducción al castellano es pésima. Y cuando digo pésima digo horrorosa, lamentable y desquiciante. No se puede permitir que las traducciones ensucien tanto una novela. Los mismos errores de forma recurrente a los largo de setecientas páginas no hacen más que distorsionar la imagen del autor  o, en su defecto, de la editorial. No he contado las veces que he leído “había habido” a lo largo de la novela, pero si digo que más de cincuenta no exagero. Y ejemplos como este podría poner decenas. Entiendo que este tema se escape del alcance de la autora, por ello no crítico la novela pero sí la cocción de la versión en castellano. Mal, muy mal.

Dicho esto, si gustáis de las sagas familiares intrigantes y dinámicas, creo que esta es una muy buena opción. Creo que puedo entender por qué la autora tiene tantos lectores fieles.

domingo, 3 de abril de 2016

El niño que quiso llamarse Paul Newman, de Rafael R. Costa

“Una novela evocadora, donde el recuerdo y lo psicológico forman un matrimonio perfecto para crear  un personaje magistral”.

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El niño que quiso llamarse Paul Newman; Premio Onuba 2005

SINOPSIS
En la infancia se consolida la totalidad de los cimientos que soportarán nuestra existencia, y a veces actúa proyectándose más allá del tiempo.
Un personaje en descomposición, a causa del alcohol y los fracasos, se aferra a lo único que todavía es capaz de sostenerlo: sus propios recuerdos, su mundo distorsionado.
Un niño, que quiso llamarse Paul Newman en detrimento de su verdadero nombre, amparado por su singular abuela María, se transforma en un hombre acabado que acaso no existió... 

OPINIÓN PERSONAL
Otra novela de Rafael R. Costa que me ha fascinado, no solo por la trama narrada en primera persona dominando el flash back a su antojo, sino por lo que se esconde detrás de cada personaje y la sencillez narrativa. Un auténtico dulce.
Este autor, que me tenía acostumbrada a una narrativa añeja y delicada, ahora me sorprende con la naturalidad de su pluma. Consigue que veamos detrás de un hombre amargado y autista a un niño feliz, con las preocupaciones propias de su edad pero enamorado de su austera vida. Sin pretensiones aunque con muchos sueños, capaz de afrontar los retos con valentía y fiel a la época que le tocó vivir. Todo lo contrario al hombre en el que se convirtió con los años; paranoico, antisocial, oscuro… ¿A qué se debe ese cambio? El niño que quiso llamarse Paul Newman te lo cuenta de una forma deliciosa.
Como me sucede siempre que leo algo del autor, lo mejor para mí son sus personajes. La abuela María tiene ese algo que hace que la reconozcas al instante, un poso en blanco y negro que te invita a hurgar en el recuerdo. Este personaje ha conseguido algo fascinante en mi "yo lector", y es que he sentido nostalgia de lo no vivido. Me hace pensar en su verdadera existencia y en todos los secretos que guardaría bajo sus arrugas y su pelo cano. Por otro lado, me reconocí en el amor que siente su nieto hacia ella. Un sentimiento que no se puede comparar con ningún otro, pues va más allá de los establecidos por los lazos familiares, algo que muchos conocemos pero no somos capaces de explicar. Sobra decir que ese amor es recíproco, pues la vida de la abuela María gira en torno a ese niño, aunque en su pasado existan momentos imposibles de borrar. Verdades que se convierten en fábulas, mentiras que disfrazan momentos dolorosos, incluso recuerdos que se distorsionan con la intención de pintar una bonita historia que contar.
 Por otro lado tenemos a ese hombre insensible, incapaz de mostrar cariño a nadie, encerrado en su mundo de vasos de cristal y ceniceros repletos de colillas, modorro, hueso… Un despojo de su propia vida. Resulta imposible creer que ese niño que se encontraba bajo las faldas de la abuela María se haya convertido en ese ser tan detestable, al que su familia no le importa nada, humilla a su mujer, ignora y hace de menos a su hijo… Pero el pequeño traidor no siente lo mismo por su padre y se lo hace saber de una manera sorprendente e inimaginable.
Y no digo más.
Bueno, sí.
Digo que amo a esas abuelas que hacían una sopa maravillosas con las cabezas del pescado, que te guardaban el culo del salchichón con su cuerda y todo para la merienda, que te daban buches de café y algún que otro trago de copas con misterio… ¿No eran maravillosas? Desde hoy, la abuela María será un poquito mi abuela también. Solo por los buenos ratos que me ha hecho pasar no merece menos.
Y la conclusión que saco de esta lectura es que leer a Rafael R. Costa es no equivocarse. Es disfrutar tanto del contenido de la obra como de los ingredientes con los que la guisa. Para mí, un deleite absoluto.