viernes, 28 de marzo de 2014

El cráneo de Balboa, de Rafael R. Costa

Si me sorprendió La interpretadora de sueños, hasta el punto de aventurarme a decir que sería la mejor novela que leería este año, era porque no conocía el resto de historias que Rafael R. Costa tenía que contarme.

Hoy os traigo una novela que llegó a ser finalista del premio Planeta, ahí es nada. El cráneo de Balboa, una historia apasionante sobrada de matices y belleza literaria.

PORTADA Y AUTOR


La más arriesgada historia de amor surge mientras se está construyendo el Canal de Panamá. Él es un médico español, huido de la justicia después de haber matado a un coronel en un duelo a pistola. Ella sobrevive como enfermera entre una epidemia de fiebre amarilla y su soledad en un hospital de Panamá.
Cómo se construyó ese Canal, qué papel jugó la Masonería en esta historia, toda la magia y el misterio de un chamán que se dedica a soñar y el primer detective privado español.
Páginas de melodrama, acción, notas de la España de principios del siglo XX y de un país recién independiente al que van a abrir en dos.
Una historia de amor, pasión, desencanto, que pudo haber ocurrido.

MI OPINIÓN

A pesar de ser La interpretadora de sueños  la primera novela de una trilogía, lo cual podía haberme empujado a continuarla, -que lo haré- me lancé a este título por lo atrayente de su sinopsis y su portada. Acerté. Era el libro que necesitaba leer en ese momento.
Literatura pura y dura; se incrusta en las pupilas haciendo que desde el comienzo de la lectura sientas ese ansia viva de leer y leer, incluso a deshoras, en lugares ilógicos. Sentí la necesidad de llevar el libro electrónico en el bolso dónde quiera que fuese, nunca sabía en qué momento podría sacarlo para leer una líneas. 

Esta novela es, cómo decirlo, caviar retórico. Los diversos entornos desde los que esta narrada son tan verosímiles que en ocasiones dudas de haber pisado esas calles, sufres un Déjà vu constante por lo real de los escenarios, cosa imposible, al menos para mi que no he estado en Panamá en mi vida y mucho menos hace un siglo. 

Hablar de los personajes me va a costar trabajo. Creo que me faltan recursos y vocabulario para describir a esos seres que poblaron mi cabeza, y siguen poblándola desde el día que leí la novela, con sus defectos y virtudes, sus desgracias, anhelos, sueños, pasiones, nostalgias, recelos, angustias... No podría hablar solo de los protagonistas, sería tan injusto... Porque cada uno de los personajes de la novela, se enfrenta a su cometido con la valentía de quien, a oscuras, camina sin miedo por un bosque desconocido, haciéndose protagonista en sus escenas, describiéndose de un modo solvente, directo, abriéndose paso por sí solo, como si el autor no hubiese tenido nada que ver. Y esto, amigos, solo lo consigue quien domina el lenguaje a su antojo, quien con arte, maestría y mucha solera, se permite el lujo de ceder la pluma a sus actores sin miedo a errar, pues su mundo intelectual dispone de los engranajes necesarios para que la máquina funcione sola.

El cráneo de Balboa es una novela que recomiendo a todo aquel que disfrute con las lecturas intensas, profundas, con las historias de amor y lucha. A aquellos que estén dispuestos a concentrarse en una lectura que les hará sentir emociones y con la que aprenderán a la vez que disfrutarán leyendo. Esta obra no es un recital para evadirse sin más. Para que me entendáis; tomarse una cervecita y unas olivitas en una terraza al sol está muy bien, pero no lo podemos comparar con una copa de Ribera del Duero y un pincho de jamón ibérico a la luz de las velas con tu pareja susurrándote palabras bonitas al oído.