"Una novela fresca y cautivadora. Un imprescindible"
SINOPSIS
Barbara L. Shackleton, antes Rita Amber, consiguió un éxito abrumador con su primera novela. Se vendieron millones de ejemplares y la historia fue llevada al cine, con buen presupuesto y una otoñal Bette Davis como estrella rutilante.
Durante unos años vivió de esa fama y hasta mereció el Premio Pulitzer de 1972. Cuando sus millones de lectores, así como su editor, le piden la segunda parte se refugia en su mansión de Long Island.
Allí se abastece de una docena de máquinas de escribir, y compra muñecas antiguas a las que corta el cabello con unas tijeras para hacerlas parecer a la protagonista de su libro.
La inesperada visita de un conocido hará que la novela que la llevó a la cumbre literaria muestre sus secretos.
OPINIÓN PERSONAL
El concurso indie de amazon está dando para mucho en lo que a lecturas se refiere, pero no es esa la razón por la que me lancé a leer esta novela. Lo hice porque desde que leí La interpretadora de sueños, supe que todas las obras de este autor acabarían cayendo en mis manos. Hasta la fecha, he leído cuatro de sus obras, aunque las tengo todas en mi poder, y he de decir que Rafael R. Costa es el mejor novelista contemporáneo con diferencia.
La novelista fingida me ha sorprendido muchísimo, ya que el autor perfila con delicadeza su ya conocida calidad literaria, pero además, da un vuelco a su tradicional estilo saliendo victorioso. Me explico: Si por algo se pueden identificar las novelas del autor es por la precisión con la que describe los detalles, los escenarios y a sus personajes, esto hace que cada uno de ellos cobre vida más allá del papel. Tiene la facilidad de escribir cientos de páginas sin causar el aburrimiento en el lector, manteniendo el ritmo narrativo de una forma asombrosa. Sus novelas siempre están perfectamente documentadas, pero no luce esta característica de forma cansina o pedante, sino que hace que el lector pueda pasear entre sus páginas de una manera ágil y acompasada. Y en el caso de La novelista fingida, además de todo esto, nos deleita con un aire vintage y una armonía narrativa que nunca he visto en ninguna de sus obras.
Los personajes femeninos son potentes, únicos, tienen una fuerza sobrehumana desbordante... Admito que nunca me he encontrado con perfiles tan auténticos, con tanta personalidad y deslumbrantes. Con esto no quiero desmerecer a los personajes masculinos, pero todo aquel que lea esta novela estará de acuerdo conmigo en que la raza que tienen las féminas en estas páginas es deliciosa. Desde Barbara hasta Bette Davis... Todas encandilan y dan vida a una historia que consigue que el lector cambie las letras por imágenes, como dije en la reseña de otra de sus novelas; esta historia es digna de ser traspasada la gran pantalla.
Otra cosa que me ha parecido sublime es la abundancia de diálogos y su calidad. Cosa a la que tampoco nos tenía muy acostumbrados (me refiero a la abundancia, no a la calidad, esa siempre está). En otras ocasiones, el autor actúa más como narrador, pero con La novelista fingida, ha dejado que sean los personajes los que marquen el ritmo narrativo, sin prisa, sin ocultar nada, con todo lujo de detalles y al ritmo que ellos marcan. Y es por eso que, mientras lees, puedes escuchar las voces, ver los gestos, las miradas, interpretar los silencios.
Si tuviera que definir esta novela no sabría cómo hacerlo, pues son tantos los componentes que la completan que seguro mi definición no sería justa. Ya no es solo lo que el autor nos cuenta, sino cómo prepara el terreno para que el lector, por su parte, siga construyendo detalles de la historia mentalmente, y conseguir esto, es grandioso.
Y vuelvo a insistir en el giro que el autor ha dado a su prosa, convirtiendo esta en una novela fresca, trepidante, un viaje fascinante que hace que galopes sobre sus páginas a la velocidad del rayo sin darte apenas cuenta. El suspense se mantiene a lo largo de toda la novela, siendo el protagonista absoluto de la obra, pero sin desmerecer los toques de acción y los psicológicos. A través del personaje de Barbara, podremos descubrir los recovecos de una mente, no sé si enferma, pero sí inestable. Y esto lo digo porque, a pesar de que cualquiera la tildaría de loca y despiadada, he podido ver cómo, detrás de este personaje, se esconde mucho más de lo que el autor nos cuenta. Esa es la grandeza de los personajes mágicos, esos que solo los maestros son capaces de crear.
Decir que recomiendo esta novela es poco, porque si en mi mano estuviera, obligaría a cualquier lector a pasear por sus paginas, haciéndoles ver que, a partir de ese momento, nada de lo que lean será suficiente. Porque la experiencia que los años han dejado en la pluma de este autor, a mi parecer, es insuperable.
SOBRE EL AUTOR
Rafael R. Costa (Huelva, 1959) Bibliotecario en Huelva, actividad a la que dedicó cinco años, y abandonó para irse a Madrid, hace 23 años para dedicarse por entero al oficio de escribir. Comenzó su primera novela con doce años, y asimismo sus primeros poemas. Tiene varios libros de poesía publicados, resultado de premios obtenidos, entre los que destaca Cirea, aunque sus grandes poemas están inéditos. Ha publicado dos novelas, también como resultado de premios obtenidos: El caracol de Byron y El niño que quiso llamarse Paul Newman. Alejado del mundo editorial convnecional, ha decidido publicar algunas de sus novelas en Amazon Kindle, con merecido éxito.
CHARLANDO CON ÉL
Advertí al autor sobre la publicación de esta reseña y, muy amablemente, accedió a responder algunas preguntas, este es el resultado:
La novelista fingida
es una de las novelas que acumulan más comentarios positivos en amazon. ¿Dónde
crees que reside el éxito de la novela? ¿Cuáles son sus puntos fuertes?
Los puntos fuertes son: la categoría de los personajes, que
están bien definidos, la agilidad de los diálogos, y una prosa brillante.
Cuando la cosa funciona, quien lee sabe perfectamente qué personaje está
hablando y quién contesta sin necesidad de anotar los nombres. Igualmente los
escenarios deben de ser creíbles, atractivos, fáciles de imaginar y algo
hechizantes, para que quien lee se sienta allí; sea el Korsakoff Bar, la
mansión Halcyon Violet o las oficinas de la editorial Harper Collins.
Como he dicho en la reseña, me apasionan los personajes
femeninos de tus novelas. ¿Cómo haces para que el resultado sea tan potente?
¿Te inspiras en mujeres reales?
Observo. Gran parte del trabajo de un novelista es observar,
oír, estar atento a los detalles nimios. SI alguien grita todos oímos, pero el
novelista se fija en qué manera abre la boca, si cierra los ojos en el alarido,
si mueve las manos, cómo respira. Si lleva reloj, anillos, pulsera, un bolso o
un pañuelo, cómo viste, si abre los pies
al caminar... etc. Analiza puntos que pasan inadvertidos y que luego aplica a
sus personajes.
Y sí, me inspiro
en mujeres reales que yo convierto en mujeres de novela.
Me gustan los
personajes con fuerza. Barbara Shackleton la tiene, sin duda. Pero también
Alice Bruma, o Vera Borodowsky. Y no digamos Bette Davis.
Te contaré como
primicia que la agente literaria Vera Borodowsky existe de verdad. Pedí permiso
para usar su nombre y características en la novela y me fue concedido. Hoy día
es una bella anciana de Miami. Madre de una escritora amiga y admirada.
¿Cuáles son los ingredientes que debe tener una novela para
cumplir tus expectativas como lector? ¿Es lo mismo que ofreces a tus lectores o
te adaptas a la demanda literaria del momento?
Yo no me adapto. Persigo que los lectores se adapten a mi
forma de entender la escritura. Me gusta la calidad. Y yo ofrezco calidad. De
hecho, la moda hoy día exige novelitas románticas y eróticas que no tienen
ningún peso literario excepto el de evadir a lectores que no buscan nada más.
Se las llevará el viento. De igual manera que hay escritores de calidad hay
lectores de calidad.
Como lector, una buena novela tiene que tener, al menos,
varios requisitos. Uno es que no aburra. Esto es esencial. Si aburre se acabó.
Otra es que la primera página sea muy buena y que la segunda intente ser mejor que
la primera. Que se note el esfuerzo. Y el talento: se tiene o no se tiene. Es
una marca, un lunar, o el color de los ojos: se tiene o no.
Que los personajes sean potentes, como dices arriba. Los
escenarios creíbles; que contenga cromatismo léxico, que sorprenda, que
ensueñe, que anestesie al lector.
Cuando se concluye una buena novela, sea a la hora de
escribirla o de leerla, hay que suspirar y exclamar: Ufff... Si eso sucede es
buena señal.
¿Qué opinión te merece el panorama literario actual?
Actualmente leo pocas novelas. Aunque me acabo de terminar
una extraordinaria de Ana Belén Rodríguez. Desde mi muy personal perspectiva el
escritor español está más dotado para la poesía que para la narrativa. Con esto
quiero decir que en España siempre hubo muy buenos poetas pero rara vez muy
buenos novelistas. No hemos tenido un Victor Hugo, un Tolstoi, un Günter Grass,
un Kafka o un Sholojov... Aunque la entrada de la plataforma Amazon ha hecho
emerger muchas novelas. Y, lógicamente, también las hay buenas. No puedo
leerlas todas.
Si formases parte del jurado del concurso indie de amazon, ¿cómo tendría que ser
la novela ganadora?
La novela ganadora debe tener dos propiedades esenciales. La
primera es que venda mucho. La segunda es que sea buena. Y eso no se puede
separar, porque se contenta a la editorial y al posible lector. Aquel título
que consiga mejor media de esos dos parámetros se proclamaría vencedora.
¿Por qué debería ganar el concurso indie de Amazon La novelista
fingida?
Pues mi novela La
novelista fingida debería ganar porque es la mejor. Esto lo digo con la
boca pequeña, porque no he leído ninguna otra que se presente. Y no lo haré
hasta que concluya el concurso. Yo digo que es la mejor y la mayoría de los
lectores también lo dicen. La media de estrellas es abrumadora.
Ha sido un placer, Rafael.
Muchas gracias,
Rafael R. Costa.
Para finalizar, con un jugoso sorteo, ya que, entre todos los lectores que dejen su comentario en amazon, el autor sortea una preciosa boquilla de fumar estilo Barbara Shackleton. Preciosa. ¿Te lo vas a perder?