SINOPSIS
Durante el
invierno de 2010, en un pequeño pueblo del interior de Mallorca, Anna y Marina,
dos hermanas que fueron separadas en su juventud, se reencuentran para vender
una panadería que han heredado de una misteriosa mujer a la que creen no
conocer.
Son dos
mujeres con vidas muy diferentes. Anna apenas ha salido de la isla y sigue
casada con un hombre al que ya no ama. Marina viaja por el mundo trabajando
como cooperante de una ONG.
Mientras
intentan desentrañar el secreto que encierra su herencia, tendrán que hacer
frente a los viejos conflictos familiares, a la vez que intentan recuperar los
años perdidos.
Esta novela
es una historia sobre la amistad femenina, sobre secretos guardados y recetas
de pan olvidadas. Pero, sobre todo, es la historia de unas mujeres que aprenden
a decidir, con libertad, sobre su futuro.
OPINIÓN PERSONAL
Hacía
muchísimos meses que no escribía una reseña. Siempre me he justificado con la
falta de tiempo, pero otro de los factores que me frenaba a ello era la calidad
literaria de las novelas que he leído en los últimos tiempos. ¿Para qué reseñar
una novela que dentro de unos meses, quizá semanas, apenas vas a recordar? Me
he zampao cada ladrillo…
Pues bien,
por fin ha llegado a mis manos un libro que ha despertado mi necesidad de
contarle al mundo lo que me ha hecho sentir, y esa novela es Pan de limón con semillas de amapola. Un
libro que cayó en mis manos por casualidad, que me encontró a mí y no yo a él,
una lectura que se tornaba necesaria para saciar mis ansias leyentes, esas que
hace tiempo dejaron de vibrar con el pasar de las páginas. Os cuento el porqué.
Como habréis
leído en la sinopsis, no estamos frente a una novela de escritura enrevesada,
de esas que exigen concentración en la lectura y tras la cual se esconde una
trama trepidante. Me atrevo a decir que es todo lo contrario; una novela
ligera, sencilla y fácil de leer, y aunque parezca increíble viniendo de mí,
esto, entre otras cosas que os cuento a continuación, es lo que me ha enamorado
de ella.
Los
personajes, del primero al último, son tan necesarios como creíbles. Se nota
que la autora es directora de casting,
pues no podía haber encontrado mejor elenco para esta maravillosa obra. No sé
si os ha pasado alguna vez eso de encontraros con personajes que os cuentan más
allá de lo que el autor ha redactado sobre ellos. De los que se salen del papel
que les ha sido adjudicado y te cuenta a su manera, a corazón abierto, las
vivencias y los sentimientos que les toca transmitir en ese momento. Cuando
existe esa sintonía entre ellos y el lector es algo mágico, algo que se escapa
del campo narrativo y cuyas consecuencias, ni siquiera el propio autor, puede
controlar. Pues sí, esta novela es de esas, de las que caminas de la mano con
los personajes, te sientes parte de sus vidas y sufres al no poder hacer nada
cuando las cosas se tuercen. Quizá esta sensación la cause el hecho de que
todos hemos conocido, incluso me atrevo a decir querido, a gente como la que se
describe en estas páginas, personas con inquietudes, miedos, inseguridades,
sueños por cumplir, arrepentimientos… ¡Cuánto echaré de menos la compañía que
me han hecho durante estos últimos días!
Siempre he
dicho que mi olor favorito es el olor a libro. Estoy convencida que es un aroma
que a vosotros también os gusta, ¿verdad? Pues imaginad que al abrir el libro
comienza a oler a pan recién hecho, pan casero, ese olor que eriza el vello y
alimenta el alma. En ocasiones, esa fragancia se transforma en brisa marinera,
en arena de playa, en salitre… ¿Mola, eh?
Otra de las
cosas que no puedo dejar de aplaudir es la manera que la autora tiene de narrar
sensaciones. En ocasiones he tenido que frenar la lectura para tomar aire… Es
tan difícil plasmar en el papel esos sentimientos que a veces no somos capaces
ni de explicar con palabras… Otras veces me he sentido estar invadiendo la
intimidad de los personajes, algo así como cuando entras en una habitación sin
llamar y se crea una situación incómoda al darte de bruces con algo con lo que
no esperabas encontrarte, y todo esto solo se consigue con un estilo narrativo
brillante y mucho, mucho amor por lo que haces. Justo lo que tiene Cristina
Campos.
Como es
habitual en mí, no desvelaré nada de la trama, es algo que tendréis que
descubrir vosotros cuando leáis la novela, lo que sí diré es que no esperéis
sorpresas, simplemente dejaros llevar por la lectura y no emitáis un juicio
hasta que no lleguéis a la última página. Veréis como el vuestro no distará
mucho de todo lo que os he contado.
SOBRE LA AUTORA
Cristina
Campos nace en Barcelona en 1975. Es licenciada en Humanidades por la
Universidad autónoma de Barcelona. Acaba sus estudios en la universidad alemana
de Heidelberg, donde también trabaja como coordinadora del Festival
Internacional de Cine de dicha ciudad. Tras regresar a su país natal comienza
su carrera laboral en el sector cinematográfico. Desde hace diez años se dedica
a la dirección de casting de
largometrajes y series de televisión. Actualmente compagina su trabajo en el
sector audiovisual con su pasión por la escritura. Pan de limón con semillas de amapola es su primera novela.
CONCLUSIÓN FINAL
En resumen, Pan de limón con semillas de amapola es
esa novela que, a todas luces, me hubiera gustado escribir. Creo que con eso,
lo digo todo.