Hoy vengo presentaros el libro más curioso que he tenido jamás en las manos. La lista Maldita. Pero vamos por partes:
¿Sabéis lo que es un Earthbook? Yo lo he descubierto gracias a Ediciones Atlantis, una editorial que me tiene enamorada, no sólo por su generosidad para conmigo sino por el tremendo apoyo que presta a los nuevos talentos.
Pues bien, un earthbook es como cualquier otro libro, sirve para leer. Pero tiene una peculiaridad que nunca había visto y mucho menos imaginado;este libro viene con una caja de tierra y semillas que el lector podrá plantar, regar y ver crecer dentro del propio libro. ¿Cómo os quedáis?
¿Y si ya os digo que este libro lo ha escrito una niña española de ocho años? ¿Ahora, cómo os quedáis?
Raquel Fernández Muñoz se presenta así:
Me llamo Raquel y nací en 2003.
Tengo 8 años y como veis me encanta escribir cuentos.
Vivo en Correl de Calatrava y cuando escribí este cuento estaba en el verano de segundo, pero ahora voy a tercero. Por cierto, tengo un pequeño guardaespaldas de 6 años que es mi hermano Losé Luis.
En este libro pequeños y grandes aventureros, veréis la historia de una lista maldita ¡y muchas más cosas!
A partir de aquí comienza un intenso cuento sobre amistad, maldad y muerte. Pero no esperéis un cuento narrado por una niña prodigio con una prosa perfecta y una historia adulta porque no es así. Es un libro escrito por una niña de 8 años normal y corriente y todo lo que ello conlleva; inocencia, algo de incongruencia, ilusión y muchísima imaginación. Estos ingredientes mezclados con la maquetación son la mezcla que ha hecho que este libro me parezca delicioso.
Estamos delante de un cuento que se lee en 15 minutos, con lo cual no voy a contaros nada de lo que se esconde en sus páginas. Sólo os diré que se trata de un cuento dividido en 22 capítulos acompañados de imágenes representativas de lo que se va narrando.
Me ha parecido tan entrañable que no puedo por más que compartirlo con vosotros, mis acurrucados, e invitaros a que lo conozcáis pues va dar mar mucho de qué hablar.
Yo ahora le regalo el libro a mi abuela, que no se cree eso de que se pueda plantar algo dentro y quiere verlo con sus propios ojos. Así que, para ella.
Para servirles.