¿Conocéis a Ferrán Caballero? Fue una grandísima escritora. Sí, sí... ESCRITORA.
FERNÁN CABALLERO
Cecilia Böhl de Faber (Morges, Suiza 1796- Sevilla, 1877). Escritora que firmaba su obra con el pseudónimo deFernán Caballero. Fue hija del hispanófilo alemán Juan Nicolás Böhl de Faber.
Su padre la educó en el catolicismo. A los diecinueve años se casó con un joven capitán de infantería que murió al año siguiente en Puerto Rico. En 1822 se casó en segundas nupcias con el marqués de Arco Hermoso, y con él vivió en sus casas de Sevilla y el campo, de donde sacó material para sus novelas y sus cuadros rurales y de costumbres. Después de la muerte del marqués, Cecilia casó, por tercera y última vez, con Antonio Arrom de Ayala. Fue a causa de su precaria situación económica que consideró la publicación de sus obras. La Gaviota se publicó por entregas en El Heraldo en 1849. De inmediato esta novela escrita originalmente en francés, fue considerada como digna de Walter Scott. La escribió como reacción contra los folletines sensacionalistas que eran muy populares en los periódicos; además, daba una visión muy real de cómo se comportaban y hablaban los españoles de la época. La obra trata del matrimonio fracasado del doctor Stein con la hija de un pescador, a quien llaman «la Gaviota». La mujer se enamora de un torero y abandona a su marido para convertirse en cantante profesional. El doctor Stein sale para los Estados Unidos y «la Gaviota» regresa finalmente al hogar; perdida la voz, sólo le queda casarse con el barbero. Las escenas de la vida andaluza, que son la verdadera razón de ser de la novela, son absolutamente convincentes, pero evidentemente, no reflejan la vida española, ya que la autora seleccionó lo que consideró más pintoresco.
Su novela siguiente fue Clemencia, en la que una mujer desdichada en su matrimonio acepta esa carga con resignación; Cuadros de costumbres populares andaluces (1852); La Farisea (1853); Lágrimas, novela de costumbres contemporáneas (1853); y La familia de Alvareda, novela original de costumbres populares (1856), escrita en alemán treinta años antes de su publicación en España. Otras obras suyas son Una en otra, Callar en vida y perdonar en muerte y Con mal o con bien a los tuyos te ten (todas de 1856); Un servilón y un liberalito, o tres almas de Dios(1857); Relaciones (1857) y el cuadro de costumbres breve Deudas pagadas (1860).
El papel de Cecilia Böhl de Faber en la narrativa hispánica es clave. Ha sido considerada como la impulsora de la renovación de la novela española, que durante los siglos XVIII y primera del XIX había perdido el brillo que tuvo en la Edad de Oro.
La obra narrativa de Fernán Caballero se conecta con su vida de modo muy vigoroso. En sus ficciones defenderá las ideas tradicionales: sobre cualquier canon novelístico predominaba, para ella, el dogma antiliberal. Entendió su labor creativa como la de un investigador del folclore dedicado a rastrear costumbres llamadas a desaparecer por el empuje del progreso y de las ideas llegadas del exterior. Sus novelas presentan una serie de escenas hilvanadas por un hilo conductor de clara ascendencia romántica, regido por la ideología de la tradición; realidad poetizada por un fuerte deje idealista y deformada por el gusto moralizanda y por las frecuentes digresiones de la autora. Aun así, la resonancia de sus novelas y su influencia fue considerable, especialmente entre escritores como Antonio Trueba o Luis Coloma. Galdós reconoció las aportaciones de Caballero al renacimiento del arte de novelar. (Texto extraído de http://www.cervantesvirtual.com/)
LA NIÑA DE LOS TRES MARIDOS
Había un padre que tenía una hija muy hermosa, pero muy voluntariosa y terca. Se presentaron tres novios a cual más apuestos, que le pidieron su hija; él contestó que los tres tenían su beneplácito, y que preguntaría a su hija a cuál de ellos prefería.
Así lo hizo y la niña contestó que a los tres.
-Pero hija, si eso no puede ser.
-Elijo a los tres -contestó la hija.
-Habla en razón, mujer -volvió a decir el padre-. ¿A cuál de ellos doy el sí?
-A los tres -volvió a contestar la niña, y no hubo quien la sacase de ahí.
El pobre padre se fue mohíno, y les dijo a los tres pretendiente que su hija los quería a los tres; pero que como eso no era posible, que él había determinado que se fuesen por esos mundos de Dios a buscar y traerles una cosa única en su especie, y aquel que trajese la mejor y más rara sería el que se casase con su hija.
Pusiéronse en camino, cada cual por su lado, y al cabo de mucho tiempo se volvieron a reunir allende los mares, en lejanas tierras, sin que ninguno hubiese hallado cosa hermosa y única en su especie. Estando en estas tribulaciones, sin cesar de procurar lo que buscaban, se encontró el primero que había llegado con un viejecito, que le dijo si quería comprar un espejito.
Contestó que no, puesto que para nada le podía servir aquel espejo, tan chico y tan feo.
Entonces el vendedor le dijo que tenía aquel espejo una gran virtud, y era que se veían en él las personas que su dueño deseaba ver; y habiéndose cerciorado de que ello era cierto, se lo compró por lo que le pidió.
El que había llegado el segundo, al pasar por una calle se encontró al mismo viejecito, que le preguntó si le quería comprar un botecito con bálsamo.
- ¿Para qué me ha de servir ese bálsamo? -preguntó al viejecito.
-Dios sabe -respondió este-; pues este bálsamo tiene una gran virtud, que es la de hacer resucitar a los muertos.
En aquel momento acertó a pasar por allí un entierro; se fue a la caja, le echó una gota de bálsamo en la boca al difunto, que se levantó tan bueno y dispuesto, cargó con su ataúd y se fue a su casa; lo que visto por el segundo pretendiente, compró al viejecito su bálsamo por lo que le pidió.
Mientras el tercer pretendiente paseaba metido en sus conflictos por la orilla del mar, vio llegar sobre las olas un arca muy grande, y acercándose a la playa, se abrió, y salieron saltando en tierra infinidad de pasajeros.
El último, que era un viejecito, se acercó a él y le dijo si quería comprar ese arca.
- ¿Para qué la quiero yo? -respondió el pretendiente-, si no puede servir sino para hacer una hoguera?
-No, señor -repuso el viejecito-, que posee una gran virtud, pues que en pocas horas lleva a su dueño y a los que con él se embarcan adonde apetecen ir y donde deseen. Ello es cierto; puede cerciorarse por estos pasajeros, que hace pocas horas se hallaban en las playas de España.
Cerciorose el caballero, y compró el arca por lo que le pidió su dueño.
Al día siguiente se reunieron los tres, y cada cual contó muy satisfecho que ya había hallado lo que deseaba, y que iba, pues, a regresar a España.
El primero dijo cómo había comprado un espejo, en el que se veía, con sólo desearlo, la persona ausente que se quería ver; y para probarlo presentó su espejo, deseando ver a la niña que todos pretendían.
¡Pero cual sería su asombro cuando la vieron tendida en un ataúd y muerta!
-Yo tengo -exclamó el que había comprado el bote- un bálsamo, que la resucitaría,; pero de aquí a que lleguemos, ya estará enterrada y comida de gusanos.
-Pues yo tengo -dijo a su vez el que había comprado el arca- un arca que en pocas horas nos pondrá en España.
Corrieron entonces a embarcarse en el arca, y a las pocas horas saltaron en tierra, y se encaminaron al pueblo en que se hallaba el padre de su pretendienta.
Hallaron a este en el mayor desconsuelo, por la muerte de su hija, que aun se hallaba de cuerpo presente.
Ellos le pidieron que los llevase a verla; y cuando estuvieron en el cuarto en que se encontraba el féretro, se acercó el que tenía el bálsamo, echó unas gotas sobre los labios de la difunta, la que se levantó tan buena y risueña de su ataúd, y volviéndose a su padre le dijo:
- ¿Lo ve usted, padre, cómo los necesitaba a los tres?
¿Ahora qué me decís? ¿Creéis que la avaricia rompe el saco o que bien usada puede ser beneficiosa?
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A la autora la conocía y lleva años un libro suyo en casa pero aún no lo he leído...
ResponderEliminarY a la protagonista le salió bien la jugada, pero supongo que seguirá sin poder casarse con los tres. En algún momento se tendrá que decidir...
Besotes!!!
No conocía este fragmento. Aunque conocía a la escritora no hubiera sido capaz de decir ninguna obra suya. Gracias por acercarme a ésta.
ResponderEliminarUn beso.
Nunca he leído nada de la autora, no se porque nunca me ha terminado de llamar la atención. Después de tu recordatorio, la voy a apuntar para tenerla en cuenta.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues no la conocía de nada, así que muchas gracias por traerlo.
ResponderEliminarUn beso!
La verdad es que yo no la conocía, respecto a la pregunta creo que no es tanto avaricia como saber manejar todas las posibilidades y sacar el máximo provecho. Hay que andarse con ojo con el saco y el límite. Abrazos
ResponderEliminarEstudié a la autora en el instituto aunque no recordaba su biografía y me ha parecido muy interesante. Casada 3 veces en aquella época! madre mía. En cuanto a la historia me ha encantado, es una especie de cuento que me ha atrapado desde el principio.
ResponderEliminarGracias por traerla Cita y hacer que la conozcamos mejor
Besos!
Es una autora que me trae muchos recuerdos del colegio. La descubrí por aquellos años y ya por entonces me quedé alucinada con su seudónimo. Besos.
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