He vueto, y con algo que os va a encantar! Pretérito imperfecto, de Mercedes Pinto

Acurrucad@s de mis amores!!

¿Me habéis echado de menos? Espero que la respuesta sea un no como una catedral de grande, porque eso querrá decir que habéis desconectado y descansado tanto como yo. Total, tanto vosotros como yo sabíamos que nos reencotraríamos aquí, ¿verdad?

Bueno, pues tras estas semanas de descanso (mental, porque físicamente no es que haya descansado mucho, la verdad), vuelvo con algo que me emociona tremendamente. Mi querida y admirada amiga Mercedes Pinto, ha vuelto a la carga con su nueva novela, pretérito imperfecto.

Después de que muchos de vosotros conociérais a maldita de mi mano, (otros la habéis conocido por otros medios) creo que poco más os puedo decir de su autora. Es la escritora perfecta, cuenta, emociona, entretiene y engancha, todo lo que cualquier lector pide de un autor.Lo que sí puedo deciros es que con esta novela que paso a reseñar a continuación, se ha superado a sí misma. No ha perdido su esencia, al revés, la ha subrayado con mayúsculas y en negrita, y ha creado una obra grandiosa que dará mucho de sí, ya lo veréis (estoy tan convencida de ello que esta vez no os la pienso vender, caeréis vosotros solitos).

Sin más, entremos en materia:

PRETÉRITO IMPERFECTO, DE MERCEDES PINTO

SINOPSIS

Tres largas relaciones, dos hijos, dos divorcios y una situación económica al límite es todo lo que ha conseguido a sus cuarenta y cuatro años. Todo se desmorona a su alrededor: la relación con su única hermana, la educación de sus hijos, la tienda de instrumentos de música con la que apenas se gana la vida, las relaciones con sus exparejas… Siempre ha tenido un bajo concepto de sí misma, jamás realizó tarea alguna que la hiciera especial; y nunca se ha planteado si las continuas frustraciones que la persiguen responden a algo más que su falta de talento y voluntad.
Pero un día recibe la llamada de una amiga de la infancia y, a partir de ese momento, se ve obligada a regresar al pasado, a revivir el papel que representaron sus padres, abuelos y hermana, en la que hasta entonces le había parecido la más perfecta casa de muñecas: el hogar de su niñez.
La llamada le informa de que un trágico suceso, que protagonizó a los ocho años, ha salido a la luz por un proceso judicial en el que se ve inmersa de repente. Estela pensaba que aquella tarde de verano había quedado enterrada en el labrantío donde desembocaba su calle.
Esto dará la oportunidad a su abuelo Rafael de regresar del pretérito para acabar un trabajo que quedó suspendido y salvar a su nieta del caos que la devora.

MI COMENTARIO PERSONAL

Empecé a leer esta novela con tanto cariño y tantas ganas que creo que lo único que hubiera conseguido que dejara de leer hubiera sido que la temática fuera de vampiros (eso, Mercedes, no te lo consentiré jamás!) Dios, acabo de coaccionar a un escritor, ¿tendré valor? Mi osadía no tiene límite.

El caso es que a la tercera página supe que, al margen de lo obvio, me iba a enamorar de esta novela. Y así fue. Me enganché de tal manera que si no fuera porque tengo una vida, la hubiera leído del tirón sin pestañear. Pero voy a cesar en alabanzas y os paso a explicar por qué.

Estela y Chari, dos hermanas con sus vidas más o menos formadas ( en el caso de Estela, algo descoyuntada y desordenada, pero completa al fin y al cabo) se encuentran de la noche a la mañana con un fantasma de su pasado que ha vuelto para remover sus conciencias. Este hecho hace que ambas, junto con una serie de personajes perfectamente perfilados, se vean obligadas a protagonizar una serie de acontecimientos que mantendrán al lector con el corazón en un puño.

La vida de Estela me ha parecido admirable. No se trata de una madre coraje ni de una superviviente nata. No es una mujer que lo haya arriesgado todo por nada ni una heroína bélica. Estela es una mujer corriente, de la calle, una madre que lucha por sacar a sus dos hijos adelante sola, pues en el amor no ha tenido mucha suerte hasta el momento, físicamente muy normalita, con unos kilitos de más... Y eso me encanta. Porque es una mujer que no destaca en nada pero que consigue ser admirada y apreciada. 

Por otro lado, nos remontaremos 3 décadas atrás, cuando las hermanas eran sólo unas niñas que disfrutaban de su infancia en casa de sus abuelos, dos seres entrañables (sobretodo el abuelo Rafael que ha conquistado mi corazón) y que vivirán un episodio tan desagradable que, en el caso de Estela, la hermana mayor, la dejará marcada de por vida.

En esta parte de la novela es donde más he disfrutado. Oliendo el jabón que hacía la abuela, trasnochando con el abuelo Rafael para preparar el regalo de comunión de su Gorrión, comiendo arroz con cáscaras de habas, dibujando, leyendo cuentos de Andersen... en fin, viviendo la vida inociente que todos tuvimos alguna vez. Y es que tengo que reconocer que tengo debilidad por las novelas de este tipo, realistas, que consiguen que puedas sentirte identificada en cualquier momento, en cualquiera de sus escenas y con cualquiera de sus personajes. Y de éstos también quiero hablar.

Resulta que nuestra querida autora tiene un don y no lo sabe. Para mi, tener un don significa ser capaz de hacer algo que el resto de los mortales (o la gran mayoría de ellos) sería incapaz de hacer o asemejarse a su resultado. Y en el caso de Mercedes este don se manifiesta de manera muy clara: solo ella sabe crear personajes tan reales, adecuados y entrañables o malévolos sin caer en tópicos ni excesos. He leído y leo muchísimo, y puedo asegurar que, a excepción de algún grande ya fallecido, no he encotrado autor que lo haga como ella. (Ala, ahora pensar eso de que la adoro y que por eso lo digo y perderos la oportunidad de descubrirlo por vosotros mismos, que en vuestra conciencia quedará).

Conocí a Estela, Chari y Marina y, ¿qué pasó? que las admiré.

Conocí a Miguel Ángel y, ¿qué pasó? que me enamoré.

Conocí a la abuela Matilde y, ¿qué pasó? que recordé a mi abuela Isabel, mi reina con delantal.

Conocí al abuelo Rafael y, ¿que pasó? que le quise abrazar hasta que se quedara sin aliento.

Conocí a Lucas y ¿qué pasó? que supe que a un hombre así yo no le toco ni con un palo.

Conocí a Elías y, ¿qué pasó? que sentí ganas de darle una torta con la mano abierta.

Conocí a "el guarro" y ¿qué pasó? que casi vomito...

Y así podría estar enumerando a todos los personajes... porque todos, y digo todos, son protagonistas en su momento y en su justa medida.

Y en mi línea, para no destapar la historia ni crear ideas preconcebidas, no contaré nada más sobre la trama.    Hay que leerlo.

CONCLUSIÓN FINAL

Leo porque es mi forma de vida. El sin fin de libros que han pasado por mis manos han hecho que mis gustos se pulan y que mi nivel de exigencia aumente. Tengo muy claro lo que no me gusta y, lo que me gusta, lo valoro enormemente. Y de las novelas de Mercedes, como del cerdo, me gustan hasta los andares. Y no puedo decir otra cosa. Podrá ser creible o no serlo, mi objetividad podrá ponerse constantemente en duda y mis comentarios podrán tomarse como fabulados al ir orientados hacia quien van, pero me da igual. Insisto, yo sé lo que me gusta y lo que no me gusta y esta novela es sublime.

Recomiendo este libro a todos los lectores que como yo, disfrutan emocionándose, metiéndose en la piel de los personajes y se dejan poseer por la intriga. Esta novela es ideal para todos lo que huimos de libros rellenos de paja, de descripciones insípidas y de parrafadas aburridas.

El estilo intimista y profundo, la agilidad de su lectura, la emoción y la nostalgia son los ingredientes principales de este "5 jotas D.O" llamado pretérito imperfecto.